El sábado suele tener un entrenamiento más corto, y hacia el mediodía se encuentra libre si no tiene competencia. Por eso, aprovecha para almorzar con su familia y luego tener algún plan con su pareja, quien curiosamente no se dedica al patinaje, sino que trabaja en el área de la salud y cuenta con su propio consultorio en el centro de la ciudad.
Los domingos suelen ser sus días más tranquilos. Incluso duerme hasta un poco más tarde y, si no tiene competencia, puede quedarse todo el día en su casa descansando, leyendo o viendo otros deportes. No obstante, este día aprovecha para realizar tareas del hogar y visitar a sus padres, a quienes no ve con frecuencia debido a su trabajo.